El hombre de papel
Intenté, les juro que intenté vivir sin que mis miedos me acecharan pero me era difícil, tanto como lo es para la lluvia no mojar nada.
¿Es realmente capaz el hombre de centrar sus pensamientos en la cruda realidad del mundo sin que su imaginación lo salve del suicidio?
Siempre viví la vida con la esperanza de encontrar su manual escondido entre los estantes de sus años, algo que me contara que camino seguir, que me anticipara mi destino por mas trágico que fuera, si es inevitable su llegada, ¿por qué no estar preparado para ella?
Intenté, les juro que intenté.
¿Cómo luchar contra fantasmas omnipresentes si son ellos los que me hacen quien soy?
Soy solo un hombre de papel pero no es mi color lo que me preocupa sino mi falta de él.
Intento sobrevivir en una selva de tijeras y baldes de agua pero me canso de volar.
¿Y si me hiciera de madera? ¿no implicaría un cambio para mejor? Claro que ya no tendría renglones pero tampoco miedos; dejaría de volar, sí pero no me tirarían los vientos; mi cuerpo sería más pesado y fuerte aunque no tan sutil.
¿Vale la pena vivir por los colores? A veces pienso que es lo único por lo que vale la pena vivir, aunque se sufra para llegar a ellos.
Nómada de biblioteca. Son ellas mis confidentes, mis amigas, pero solo algunas, esas que no cortan los dedos al pasarlas ¿Quién sino?
Siento que tengo poco espacio para escribir al margen de lo que creo es mi mayor novela, o será, pero sé que tengo más del que siento y les pido perdón por ser un hombre de sentimientos...¿o no?
Mi novela...aún espero su tinta ¿Y si fuera de madera?
Nómade, son los libros mis únicas cabañas pero le temo al día de caer en un thriller o uno de terror. Habiendo tanta fantasía por vivir, ¿por qué la necesidad de escribir tal género? ¿Es que se odió a si mismo este autor ficticio? ¿Por qué no mi novela?
Busco en el índice de la gigante colección pero no encuentro tal. Sus tomos no tienen prólogo. ¿Cómo pretender entonces que distinga entre la ciencia ficción y el terror? ¿entre la tragicomedia y el suspenso? Lo sé, debo leerlos todos.
Ay! Los colores. Es tan hermoso toparse con ellos. ¿Quién diría lo feliz que uno puede ser solo por ver un verde asomar de entre unas hojas amarillentas? Sin embargo, dejan adicción en mis venas. Puedo vivir con ella, sobre todo porque aprendo a valorarlos y a disfrutar cada instante entre ellos.
Ay! Mi novela...¿serás un cuento? ¿y si fuera de madera? Gracias a Dios que soy un hombre de sentimientos.
Siempre me repetí que escribir mucho hace mal pero descubrí entre estos tomos, y en compañía de las hojas, que hace mal siempre y cuando lo hagamos bajo la lúgubre luz de una vela, se debe escribir bajo el sol, una tarde de Enero. Entonces es más fácil ver los colores.
Un cuento...¿un título? Cartón, definitivamente cartón...sí,
Siguen existiendo los libros de terror, ¿podré no leerlos? No tienen prólogo, tampoco título, ¿tendré que elegirlo yo?, ¿y si salteo una aventura por esquivar el terror?
Cartón, quizás no madera pero sí cartón. No, quizás algo más que un título, vuelvo al cuento.
Tantas tijeras, tanta agua. Algunos tajos se cierran...no pensé que eso fuera posible. Sé que me voy a secar siempre y cuando la humedad no me deshaga pero ¿sanaran todos los tajos?
Actualmente estoy en un lindo libro, de esos que dan gusto leerlos. Es bastante surtido, aventura, drama, romance, acción...algunos capítulos de terror también. Muy pocas cortan. Está bastante coloreado. Lindo libro. No quiero leer su final pero...¿y si el siguiente es mejor? No están amarillas la mayoría, una o dos nada más. Cada una cuenta su propia historia pero forman parte de la misma novela.
Escribo en ellas a menudo, escriben en mi también. Espero alcanzar. Deseo alcanzar. Siempre guardo mis renglones para mi novela.
¿Tomo qué? No importa, solo sus colores pero tengo en claro que soy un nómade de biblioteca como todas, como todos.
Me pareció escuchar un ruido, ¿será el autor y su tintero, ellos que tanto espero? Lo dudo. Cada vez más dudo que venga pero no pierdo mis renglones.
Mi novela...de madera...¿vuelo?
Quizás valga la pena volar sobre algunos pero...¿y los colores?
A veces me pierdo entre signos de pregunta y exclamación y no leo las verdaderas oraciones. Debería aprender a diferenciar, también debería leer las de terror. El otro día me pareció ver color en mi pecho, creo que alguien escribió ahí pero no estoy seguro, a veces lo veo gris. Ya empiezo a dudar de mis sentidos. Creo en las letras pero no logro ver bien qué dice, y así...¿quién hace lentes para un hombre de papel? Tendré que esperar a que las letras se agranden, tengo fe en que lo harán.
Ay!...los colores. Un gris puede tornarse colorado en cualquier momento, asi también los verdes pueden ser negros en cuestión de segundos. Titánico es el poder que tienen unos ojos en mi tinta. Puedo escribir alegres versos o tristes epitafios con un solo pestañear pero...¿soy capaz de releerlos? Sí, son los colores la razón de la vida y no su consecuencia; son ellos los que provocan en mis renglones hermosos poemas que solo yo disfruto y que me alegra disfrutar en soledad.
Los grises pueden arruinar mis hojas pero vale la pena intentarlo, hay muchos azules por sentir y rojos por reír, verdes por esperar y naranjas por disfrutar. ¿Vale la pena? Me vuelvo a preguntar y “si” me vuelvo a responder. Y si a mis compañeras de aventuras les puedo dar un consejo, opto por el color.
Creo que encontré mi tarde de Enero pero no estoy seguro, las nubes no siempre me dejan ver el sol.
¿Madera? Cartón...¿papel? Un título, novela no, ¿cuento?
¿Vale la pena perder la emoción de voltear una página solo para estar preparado para el final? Así no disfruto del desenlace y el final llega mas rápido.
Espero cortarme con una hoja, una en particular pero ¿y si este tajo no sana? No tengo alma de...¿tengo alma? No distingo bien las letras, ¿cómo sé que no dicen sandeces? ¿cómo es que los colores que tanto significaban minutos atrás ahora son todos grises? No, tengo que creer...pero soy un hombre de sentimientos...
Ay! Mis colores, vuelvo con ustedes otra vez. Cuando revoloteo en el aire me mareo pero vuelvo a caer y todo se normaliza.
Papel, papel y un título...sí, papel y un título, de eso estoy seguro, en eso pienso pero de nuevo, no se, solo soy un hombre, un hombre de sentimientos, un hombre de papel.
¿Es realmente capaz el hombre de centrar sus pensamientos en la cruda realidad del mundo sin que su imaginación lo salve del suicidio?
Siempre viví la vida con la esperanza de encontrar su manual escondido entre los estantes de sus años, algo que me contara que camino seguir, que me anticipara mi destino por mas trágico que fuera, si es inevitable su llegada, ¿por qué no estar preparado para ella?
Intenté, les juro que intenté.
¿Cómo luchar contra fantasmas omnipresentes si son ellos los que me hacen quien soy?
Soy solo un hombre de papel pero no es mi color lo que me preocupa sino mi falta de él.
Intento sobrevivir en una selva de tijeras y baldes de agua pero me canso de volar.
¿Y si me hiciera de madera? ¿no implicaría un cambio para mejor? Claro que ya no tendría renglones pero tampoco miedos; dejaría de volar, sí pero no me tirarían los vientos; mi cuerpo sería más pesado y fuerte aunque no tan sutil.
¿Vale la pena vivir por los colores? A veces pienso que es lo único por lo que vale la pena vivir, aunque se sufra para llegar a ellos.
Nómada de biblioteca. Son ellas mis confidentes, mis amigas, pero solo algunas, esas que no cortan los dedos al pasarlas ¿Quién sino?
Siento que tengo poco espacio para escribir al margen de lo que creo es mi mayor novela, o será, pero sé que tengo más del que siento y les pido perdón por ser un hombre de sentimientos...¿o no?
Mi novela...aún espero su tinta ¿Y si fuera de madera?
Nómade, son los libros mis únicas cabañas pero le temo al día de caer en un thriller o uno de terror. Habiendo tanta fantasía por vivir, ¿por qué la necesidad de escribir tal género? ¿Es que se odió a si mismo este autor ficticio? ¿Por qué no mi novela?
Busco en el índice de la gigante colección pero no encuentro tal. Sus tomos no tienen prólogo. ¿Cómo pretender entonces que distinga entre la ciencia ficción y el terror? ¿entre la tragicomedia y el suspenso? Lo sé, debo leerlos todos.
Ay! Los colores. Es tan hermoso toparse con ellos. ¿Quién diría lo feliz que uno puede ser solo por ver un verde asomar de entre unas hojas amarillentas? Sin embargo, dejan adicción en mis venas. Puedo vivir con ella, sobre todo porque aprendo a valorarlos y a disfrutar cada instante entre ellos.
Ay! Mi novela...¿serás un cuento? ¿y si fuera de madera? Gracias a Dios que soy un hombre de sentimientos.
Siempre me repetí que escribir mucho hace mal pero descubrí entre estos tomos, y en compañía de las hojas, que hace mal siempre y cuando lo hagamos bajo la lúgubre luz de una vela, se debe escribir bajo el sol, una tarde de Enero. Entonces es más fácil ver los colores.
Un cuento...¿un título? Cartón, definitivamente cartón...sí,
Siguen existiendo los libros de terror, ¿podré no leerlos? No tienen prólogo, tampoco título, ¿tendré que elegirlo yo?, ¿y si salteo una aventura por esquivar el terror?
Cartón, quizás no madera pero sí cartón. No, quizás algo más que un título, vuelvo al cuento.
Tantas tijeras, tanta agua. Algunos tajos se cierran...no pensé que eso fuera posible. Sé que me voy a secar siempre y cuando la humedad no me deshaga pero ¿sanaran todos los tajos?
Actualmente estoy en un lindo libro, de esos que dan gusto leerlos. Es bastante surtido, aventura, drama, romance, acción...algunos capítulos de terror también. Muy pocas cortan. Está bastante coloreado. Lindo libro. No quiero leer su final pero...¿y si el siguiente es mejor? No están amarillas la mayoría, una o dos nada más. Cada una cuenta su propia historia pero forman parte de la misma novela.
Escribo en ellas a menudo, escriben en mi también. Espero alcanzar. Deseo alcanzar. Siempre guardo mis renglones para mi novela.
¿Tomo qué? No importa, solo sus colores pero tengo en claro que soy un nómade de biblioteca como todas, como todos.
Me pareció escuchar un ruido, ¿será el autor y su tintero, ellos que tanto espero? Lo dudo. Cada vez más dudo que venga pero no pierdo mis renglones.
Mi novela...de madera...¿vuelo?
Quizás valga la pena volar sobre algunos pero...¿y los colores?
A veces me pierdo entre signos de pregunta y exclamación y no leo las verdaderas oraciones. Debería aprender a diferenciar, también debería leer las de terror. El otro día me pareció ver color en mi pecho, creo que alguien escribió ahí pero no estoy seguro, a veces lo veo gris. Ya empiezo a dudar de mis sentidos. Creo en las letras pero no logro ver bien qué dice, y así...¿quién hace lentes para un hombre de papel? Tendré que esperar a que las letras se agranden, tengo fe en que lo harán.
Ay!...los colores. Un gris puede tornarse colorado en cualquier momento, asi también los verdes pueden ser negros en cuestión de segundos. Titánico es el poder que tienen unos ojos en mi tinta. Puedo escribir alegres versos o tristes epitafios con un solo pestañear pero...¿soy capaz de releerlos? Sí, son los colores la razón de la vida y no su consecuencia; son ellos los que provocan en mis renglones hermosos poemas que solo yo disfruto y que me alegra disfrutar en soledad.
Los grises pueden arruinar mis hojas pero vale la pena intentarlo, hay muchos azules por sentir y rojos por reír, verdes por esperar y naranjas por disfrutar. ¿Vale la pena? Me vuelvo a preguntar y “si” me vuelvo a responder. Y si a mis compañeras de aventuras les puedo dar un consejo, opto por el color.
Creo que encontré mi tarde de Enero pero no estoy seguro, las nubes no siempre me dejan ver el sol.
¿Madera? Cartón...¿papel? Un título, novela no, ¿cuento?
¿Vale la pena perder la emoción de voltear una página solo para estar preparado para el final? Así no disfruto del desenlace y el final llega mas rápido.
Espero cortarme con una hoja, una en particular pero ¿y si este tajo no sana? No tengo alma de...¿tengo alma? No distingo bien las letras, ¿cómo sé que no dicen sandeces? ¿cómo es que los colores que tanto significaban minutos atrás ahora son todos grises? No, tengo que creer...pero soy un hombre de sentimientos...
Ay! Mis colores, vuelvo con ustedes otra vez. Cuando revoloteo en el aire me mareo pero vuelvo a caer y todo se normaliza.
Papel, papel y un título...sí, papel y un título, de eso estoy seguro, en eso pienso pero de nuevo, no se, solo soy un hombre, un hombre de sentimientos, un hombre de papel.
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